Es posible que la polémica suscitada por esta noticia en cierta medida revele la ignorancia sobre la utilización de los datos de ubicación por los teléfonos inteligentes. No estoy de acuerdo en que la cobertura mediática de esta cuestión haya sido solamente sensacionalista. Hay cuestiones importantes, y francamente la reacción inicial de Apple en este caso no sugiere que la empresa reconozca la importancia de las revelaciones. Es como si tratase de confiar en la lealtad de muchos de sus usuarios a la hora de defender su empresa, sin considerar que en la mayoría de los casos estas personas sólo pueden especular sobre las razones por las cuales estos datos se guardan en el iPhone. La respuesta de Steve Jobs a una pregunta sobre el tema fue la afirmación poco tranquilizadora de que Apple no almacena datos de posición de sus clientes, pero Google si. Esto es un golpe bajo a la competencia, pero sin dar ninguna explicación sobre el tema central.
Con el tiempo apareció una declaración más amplia y, por lo tanto, más tranquilizadora sobre el tema. Resultó que la mayor parte de las conjeturas eran correctas y que Apple podría utilizar los datos para mejorar la capacidad del iPhone en el momento de fijar la posición del GPS. Esto ayuda a explicar por qué muchos de los datos almacenados no parecen estar relacionados con posiciones exactas del usuario, sino a lugares cercanos que representan antenas de telefonía móvil y puntos de red wifi que también han sido almacenados en una base de datos centralizada. Todavía no creo en la sugerencia de que el problema haya sido una falta de información de los usuarios por parte de la empresa, pero al menos ahora tenemos la explicación.
Como usuario de los GPS normales, estoy acostumbrado a esperar bastante tiempo hasta que la unidad encuentra la posición precisa, sobre todo si la última vez se utilizó en un lugar lejano. Obviamente, si por alguna razón la cobertura del satélite no es demasiado buena entonces este tipo de GPS asistido es mucho más útil. El problema es que Apple almacena los datos en el teléfono en un formato sin cifrar, y esto es lo que ha provocado la alarma sobre si los movimientos del usuario del teléfono están potencialmente disponibles para terceros.
Los problemas de privacidad y control de datos de los usuarios serán más importantes cuando se extienda el uso de esta tecnología. Ya hemos visto en el caso de Facebook que algunas de las nuevas empresas que participan en los medios sociales tienen una actitud bastante despreocupada sobre esta cuestión, y sólo bajo presión han aumentado los controles. Google ya tuvo problemas por recoger datos wifi al mismo tiempo que lo hacían los coches de Street View para esa aplicación. La protección contra un abuso potencial no debería depender de si el usuario ha desactivado los servicios que pueden cruzar esta frontera. Es importante que haya un grado de transparencia sobre el uso que los fabricantes y los operadores hacen de nuestros datos, no es una cuestión trivial.
Una cosa que hemos aprendido los que hemos trabajado con los sistemas de información geográfica para uso comercial es que la confidencialidad de los datos es muy importante. En este sentido sobra decir que si usted quiere que su teléfono inteligente realmente sea 'inteligente' no debe preocuparse por los datos que éste recoge. En cierto modo, hay que dar la vuelta a la cuestión, los que ofrecen servicios basados en localización son los que tienen que justificar la posesión y el uso de los datos que recogen de sus clientes.
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